I.- Concepto y origen.
Homo sapiens puede traducirse como “hombre sabio”. Los científicos califican como Homo sapiens arcaicos a varias especies de Homo que surgieron hace unos 600.000 años y que compartes diversas características con el Homo sapiens, aunque no tiene la misma anatomía.
Los Homo sapiens modernos tienen una apariencia similar a los humanos actuales. Estos individuos habrían vivido en un periodo de entre unos 260.000 a 100.000 años antes del presente.
En cuanto al Homo sapiens se cree que tiene una antigüedad de unos 195.000 años y surgió en algún lugar de África hace unos 150.000 años. Posteriormente se extendió hacia el Cercano Oriente (Palestina) hace unos 100.000 años, a Europa hace unos 40.000 años, a Australia hace unos 40.000 años, llegando a América un poco más tarde a través de diferentes rutas.
Con el tiempo se diferenciaron dos especies que llegaron a convivir en el mismo espacio tiempo: el Homo sapiens neanderthalensis y el Homo sapiens sapiens, pero este último hace unos 35.000 años, en el paleolítico superior, empezó a manifestar su superioridad cultural frente al hombre neandertal y terminó por desplazarlo.
II.- Características.
El cuerpo del Homo sapiens dispone de un elevado nivel de complejidad. Su capacidad de locomoción y de movimiento, sus pulgares oponibles (que facilitan el uso de instrumentos) y su dimorfismo sexual son algunas de sus características físicas. Pero la principal diferencia del Homo sapiens con otras especies Homo se encuentra en sus capacidades mentales, ya que es consciente de sí mismo, de su pasado y de su condición de mortal. Puede planificar y desarrollar pensamientos abstractos.
Posee los elementos comunes a otros animales como las sensaciones de miedo, temor, angustia, placer, pero al mismo tiempo puede convertir esas sensaciones físicas en sentimientos racionalizados. También es el único que ha logrado un estilo de vida extremadamente complejo.
De hecho esa facultad de abstracción se ve reflejada en el lenguaje y representa la máxima expresión de lo simbólico. Dentro del lenguaje es en el significante donde mejor se plasma esa complejidad del pensamiento ya que trasciende de lo puramente instintivo, para llegar más allá de lo tangible y de lo puramente vivido.
Gracias al lenguaje el Homo sapiens ha conseguido transmitir la sabiduría que iba adquiriendo en cada generación a sus congéneres y a sus descendientes, pero también podido explorar sus capacidades y aprender de las ajenas tanto de su especie como de otras.
Escrito por: Alberto Ballesteros Domínguez.
Bibliografia: WWW. historiauniversal.com
WWW.portalciencia.net
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